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Contra la traición a la patria: Ética Bolivariana

“Hay que reconstruir la historia a partir de la visión de los oprimidos, de los sometidos, de los torturados, de los asesinados, de los desplazados. A partir de la mentira en la historia se creó el molde que imponen los imperios para que veamos de rodillas sus inventos, sus negocios y sus falacias.. José Sant Roz, Nos duele Bolívar 1983.


Estas reflexiones sobre la conciencia ética socialista bolivariana se corresponden con el debate de ayer y hoy sobre un asunto estratégico del sistema de ideas y pensamientos que orientan la Revolución Bolivariana. Fue siempre un tema abordado por el Comandante Chávez como propósito estratégico y es una ocupación permanente de la gestión de presidente Maduro. Ya hemos visto algunos resultados sobre la titánica lucha contra la corrupción que de repente aparece como la mítica culebra de mil cabezas a la que se anteponen las millones de cabezas pensantes del pueblo venezolano con conciencia ética e histórica.
La ética es el planteamiento filosófico del bien, mientras que la moral son las prácticas, legaciones y costumbres derivadas de la ética. Para Sócrates “la verdad se identifica con el bien moral, esto significa que quien conozca la verdad no podrá menos que practicar el bien. Saber y virtud coinciden, por lo tanto quien conoce lo recto actuará con rectitud y el que hace el mal es por ignorancia.”


Es Bolívar con su narrativa ética del honor, el deber, la honradez y la virtud del bien la que se replicó en los padres y madres, en los maestros y en la escuela, la que está empollada en el ser profundo del pueblo venezolano, es un asunto de orden ontológico nuestro.
Los postulados ético-políticos del Libertador Simón Bolívar y su historia, hoy se han convertido en protagonistas de nuestro presente, los vivenciamos como si los extrajéramos de sus discursos donde siempre él previó el pensamiento prospectivo de los tiempos por venir y hoy doscientos después nos guía y nos da luces para su realización en la redención social y en una categoría política suprema soberanía: La Independencia.


Pero para llevar a cabo ese apostolado hay que reconocer en el Libertador toda la carga ética de su pensamiento, tamizarlo críticamente y convertirlo en acción cotidiana. En sus conceptos de libertad, de justicia y de igualdad hay un relato épico que lo hace único y que le ha graneado la identidad emocional de un pueblo granamericano y caribeño.
Ya no es el hombre que escribió unos discursos donde retrató la trascendencia de su moralidad construida en un sistema de ideas, sino una guía de acción para las luchas políticas presentes, de la comprensión geopolítica en identidad común y que se destila en unidad e integración continental para poder controlar sus dominios nacionales y tener fuerzas para razonar sus libertades ciudadanas con el derecho de ser libres y no dominados por alguna otra fuerza superior a los designios de sus propios pueblos.


Casi toda la narrativa historiográfica sobre la independencia está referida al hecho militar- territorial, no menos importante, pero pocas veces reconocemos al Bolívar cultural, que fue capaz de comprender su momento histórico y exigir a la generación política de su época la liberación de los esclavizados, el reconocimiento de la igualdad y la diversidad como valores principistas de exigencia colectiva y el sentido de identidad incluso continental hecha por quien alcanzó una estatura ética y épica insuperable.


A la dignidad bolivariana se contrapone la traición, tal cual como ocurrió hoy, también sucedió ayer. Veamos el caso de la traición a Bolívar por quien fuera Presidente de la Colombia grande, Francisco Antonio Zea. El Libertador ya venía molesto por la actitud de Zea y en una carta al Vicepresidente Santander le escribió el 30 de mayo de 1820:
(el) señor Zea es tan bueno que ha hecho cosas que usted no puede imaginar. Ha hecho que unos nuevos Welzares se apoderen de las misiones (del Caroní) influyendo en el Congreso para que se les regalasen a unos aventureros extranjeros, con agravio de la justicia, de la razón y de los libertadores. Le ha dado licencia a Mariño para que se vaya a trinidad y me ha escrito que se lo llevaba para el Norte para agente. Lo primero es atroz porque nos deja un germen de guerra civil, y lo segundo es absurdo porque iba a desacreditarnos más aun de lo que estamos.


Pero luego Francisco Antonio Zea fue enviado a renovar los empréstitos de Gran Bretaña a la República de Colombia, lo que generó nuevas quejas del Bolívar por malversación de fondos para la República y luego la manera como intentó que España reconociera a Colombia al proponer unos acuerdos por cuenta propia:
En 1821 Zea viajó a Madrid, donde se unió a los plenipotenciarios José Rafael Revenga y Tiburcio Echeverría, que trataban sobre la paz con el gobierno liberal de España en los términos de reconocimiento de la independencia y de República tal cual las orientaciones del Libertador.

Zea por iniciativa propia, presentó al Gobierno español una proposición para llegar a un acuerdo basado en el reconocimiento de la independencia por España, el establecimiento de regímenes monárquicos en varias naciones de Hispanoamérica y un sistema que estructurase una Comunidad Hispánica de Naciones con participación de España y de sus excolonias emancipadas. (Diccionario de historia de la Fundación Polar)


En otra carta de Bolívar a Santander el 14 de enero de 1823 escribió:
Mucho me ha gustado esta hermosa carta en que usted nos pinta el estado de la república tan brillante. Gual [1] me ha hecho lo mismo con respecto a las relaciones exteriores; sólo el empréstito del señor Zea [2] es horrible. No dudo que seremos reconocidos por España y por el mundo entero; que pronto tendremos la paz….
Francisco Antonio Zea se mostró muy blando ante las demandas de Bolívar por las incursiones de agentes de Gran Bretaña más allá del rio Esequibo, en 1821, donde estaba la frontera de la Colombia bolivariana. Zea murió pobre de solemnidad, hoy a casi nadie lo recuerda…sin embargo la ética de Bolívar tiene brillo y trascendencia.


Los tiempos de ahora
La cruzada que ha emprendido el presidente Maduro en la lucha por los valores éticos revolucionarios honra al Bolívar cultural al que nos referimos, tiene urgencias de orden coyuntural contra la corrupción hecha arma contra la Revolución Bolivariana y en el orden estructural para la formación de la ciudadanía bolivariana.
La historia no se repite, pero los procesos de corrupción y falta de ética bolivariana se muestran en estos tiempos con características extravagantes en la que se mezclan conspiración con corrupción y muerte que son sinónimos.
Los liderazgos bolivarianos deben ser capaces de entender las vueltas del tiempo y la historia, capaces de historiar la ética política, de comprender y practicar la unidad de fuerzas del deber, el honor y que la humildad, como los valores de la dignidad que se remontan sobre el individualismo, las parcialidades partidistas, la corrupción, la riqueza fácil que se va igualmente ligera porque su maleta está vacía de virtudes,
Es necesario recuperar la confianza, reabrir los diálogos entre nosotros, seguir consolidando el tejido social, reagrupar las fuerzas patriotas bolivarianas, analizar y estudiar luego de batallas de resistencia y revitalizar las esperanzas siguen siendo tareas por hacer.
Los medios punitivos ejemplarizantes son recursos para amedrentar a los que están dentro del aparato burocrático, susceptibles de ser tentados por la corrupción, pero es la acción pedagógica y formativa la que genera la fundamentación de una conciencia ética.
En las escuelas, liceos y universidades debe incluirse la formación ética como materia exclusiva para la comprensión de la personalidad individual y colectiva, que se enseñe y se muestre el ejemplo de la Doctrina Ética del Libertador Simón Bolívar.


Aldemaro Barrios Romero
Canal YouTube @viajeneneltiempo4348

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