De “la revolución de las fantasías” a “la revolución de colores”: Un desenlace inesperado
Dedico a los amigos que no comprenden, parafraseando a Marx, que la crítica no es la pasión del cerebro sino el cerebro de la pasión. Lo expreso a propósito de la retahíla de argumentos aventurados por algunos sectores que ambicionan presentarse ecuánimes, imparciales y revolucionarios respecto del boletín emitido por la autoridad electoral venezolana que declaró
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