Carta censura

Carta en repudio ante la censura a cineastas venezolanos en España y contra toda forma de censura

Nosotros, firmantes de esta carta, expresamos nuestro más enérgico repudio ante la censura ejercida contra cineastas venezolanos en España. La exclusión de sus obras de los espacios de exhibición y la imposición de barreras ideológicas para su difusión constituyen un atentado contra la libertad de expresión y el derecho de los pueblos a narrar su propia historia.

El cine, como forma de arte y documento histórico, es una herramienta esencial para la reflexión crítica y el diálogo entre sociedades. Silenciar voces incómodas o disidentes no solo empobrece el panorama cultural, sino que refuerza lógicas autoritarias que, bajo el pretexto de la democracia, terminan por erosionarla.

Denunciamos toda forma de censura, venga de donde venga y se justifique como se justifique. La cultura no puede estar sometida a vetos políticos ni a la imposición de una única visión del mundo. La censura es la negación del pensamiento crítico y del derecho de los pueblos a construir su propia memoria.

Exigimos el cese inmediato de estas prácticas y la garantía efectiva de espacios para la libre circulación del arte y las ideas. Llamamos a la comunidad internacional, a los organismos de derechos humanos y a todas las voces comprometidas con la justicia a condenar este atropello y a defender la plena libertad de creación.

Porque la cultura no se silencia,
Porque la historia no se borra,
Porque la libertad de expresión no se negocia.

Cine y memoria

Cine venezolano en Madrid

Por Alí Ramón Rojas Olaya

Las películas Alí Primera de Daniel Yegres, La batalla de los puentes de Carlos Azpúrua y Operación Orión de Rubén Hernández Remón, que formarían parte de la muestra cinematográfica venezolana “Cine y memoria: la voz del pueblo y la lucha por la soberanía” programada para su proyección entre el 17 y el 24 de marzo de 2025 en la Casa de América de Madrid, fueron censuradas por órdenes de Isabel Díaz Ayuso, jefa del gobierno madrileño, fanática de Francisco Franco y José María Aznar y pitiyanqui consumada.

¿Qué debemos hacer? Además de manifestarnos en contra de este acto de intolerancia, propongo que nuestra Cinemateca Nacional programe un ciclo de cine español con el mismo nombre conformado por tres obras maestras: Bienvenido, Mr. Marshall (1953) de Luis García Berlanga, La lengua de las mariposas (1999) de José Luis Cuerda y La mort de Guillem (2020) de Carlos Marqués-Marcet.

Berlanga nos muestra, con una colosal dosis de incisiva ironía, las miserias de la sociedad española del momento. Unas desdichas que todavía resultaban mayores comparadas con las aspiraciones y los sueños de los protagonistas, que confiaban a ojos ciegos en que el plan Marshall resolvería todos sus problemas. Tal como, de hecho, le pasó al régimen fascista del dictador Francisco Franco.

La lengua de las mariposas nos traslada a la España de 1936 justo antes del golpe de estado fascista que derrocaría la Segunda República. José Luis Cuerda nos narra la relación entre un maestro de escuela de un pueblo del norte de Galicia y un sagaz muchacho que es su alumno. Los dos entablan una entrañable relación que se verá afectada por la llegada del fascismo a España.

El 11 de abril de 1993, el antifascista valenciano de 18 años Guillem Agulló, es asesinado por un grupo de extrema derecha. Este es el inicio de un film que narra la lucha de la familia Agulló frente al poder. La película gira en torno al papel de los medios de comunicación, abogados y jueces que intentaron por todos los métodos desprestigiar la imagen de Guillem, el cual, se ha convertido en un símbolo del antifascismo en España. La mort de Guillem nos arroja sin adornos la realidad de la transición en España, una realidad vigente en la que el franquismo sigue vivo.

Ya que el objetivo de la Casa de América de Madrid es estrechar los lazos entre España y el continente americano, en particular América Latina y el Caribe, es importante honrar a los gloriosos libertadores que bajo el comando de Simón Bolívar derrotó a Fernando VII y a internacionalistas que fueron a la España republicana para luchar contra el fascismo español.