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LA CRUZADA ANTIBOLIVARIANA EN LAS REDES: ESTRATEGIA GEOPOLÍTICA IMPERIAL

Por: José Gregorio Linares

A través de las redes digitales se está desarrollando una campaña internacional contra el Libertador Simón Bolívar. Basta abrir cualquier red y colocar la palabra “Bolívar” para que aparezcan una serie de influencers atacando al Padre de la Patria. Uno de los abanderados de esta cruzada es el colombiano-español Pablo Victoria Vilches, autor de “La otra cara de Bolívar” y “El terror bolivariano”.

En relación con el Padre de la Patria afirma este youtuber   de la academia:

Bolívar era un dictador cruel y sanguinario, siguió siendo un dictador prácticamente toda su vida. Tuvo muchísimas muestras de crueldad a lo largo de su vida. Sus antepasados, por el lado de su madre, eran personas violentas. Fue un niño cruel y un adulto cruel. No vaciló durante la guerra de independencia en declarar la guerra a muerte. No vacilaba en fusilar a prisioneros de guerra, y otros prisioneros que no eran de guerra, sino simples comerciantes que tenían sus haciendas. Sacaban a los heridos de los hospitales y los remataban en la calle. Los que quedaban vivos en Caracas, La Guaira y Valencia, heridos en el suelo, los sicarios de Don Simón Bolívar, levantaban una piedra enorme y les aplastaban la cabeza con esas piedras. Si se contabilizan los asesinatos de Simón Bolívar desde 1812 a 1814, suman más de 2.000 asesinatos a sangre fría y sin fórmula de juicio. No vaciló en darle una especie de solución final al tema español como lo hizo Hitler con los judíos. En Venezuela se entrenaron muchos asesinos que luego fueron a la Nueva Granada y allí enseñaron a matar. Bolívar sitió Bogotá y ordenó a su ejército saquear y violar mujeres. Tenía una predisposición hacia la crueldad y esto le viene de familia. Ya de niño maltrataba a los negritos.[i]

En la introducción del libro: «El terror bolivariano»dice que la obra trata de “una historia de la crueldad humana y de lo que yo he querido llamar el genocidio bolivariano, las carnicerías fuera de combate que Simón Bolívar desencadenó”.[ii] El autor revela que “el Bolívar que he descubierto me ha llenado de espanto, congoja y vergüenza. Nunca pude imaginar que detrás de ese idealista y hombre grande, pudiera esconderse simultáneamente, un alma tan ruin y sanguinaria”.[iii]

Vilches es simplemente una pieza en el tablero de peones intelectuales y de supuestos voluntarios comunicacionales que se proponen destruir a Bolívar. Es un “doctor” con muchos títulos al servicio de la oligarquía colombiana aplaudido por el Pentágono. (Exsenador y congresista. Doctor en economía, doctor en filosofía, miembro de la Academia Hispanoamericana de las Letras, de la Sociedad Colombiana de Economistas). Dio su respaldo al movimiento neonazi autodenominado “Alianza Nacionalista por la Libertad”, que en el acto de relanzamiento de esta organización en el 2013, fue el orador de orden junto al terrorista venezolano Lorent Saleh. Sus acciones obedecen a un plan bien tramado, donde a él le toca ocuparse de un target y cobrar por sus servicios.

Asimismo ha ganado fama otro antibolivariano colombiano, Evelio Rosero con la novela La Carroza de Bolívar. El argumento de la obra es el siguiente. Justo Pastor Proceso, ginecólogo del pueblo de Pasto e historiador, paga a unos artesanos para que decoren una carroza de Carnaval para ridiculizar a Simón Bolívar, el “mal llamado Libertador”, por quien siente una especial aversión. En la comparsa Bolívar aparecería coronado de emperador y se haría alusión a su aviesa personalidad y a sus errores políticos. El propósito del evento es “bajar el mito del pedestal”. Pero pronto las fuerzas tradicionalistas de la ciudad ejercen presión para que la carroza no sea construida y no salga a desfilar. Cuando esto no resulta suficiente, entra en acción una célula guerrillera integrada por fanáticos bolivarianos con nombres soviéticos, quienes se proponen impedir el acto de burla contra el Libertador y asesinar a su promotor. De inmediato se narran los hechos que justifican la actividad contra Bolívar. Al final de la novela los guerrilleros bolivarianos, en medio del jolgorio de las fiestas de carnaval, avanzan disfrazados de asnos y buscan matar al médico que quiso desmitificar a Bolívar ¡Toda una simbología!

Los propósitos principales de esta campaña antibolivariana son: En primer lugar, borrar de la memoria colectiva suramericana su más importante referente de justicia social, emancipación y unidad continental. En segundo lugar, socavar en los planos simbólicos, culturales, teóricos, políticos y emocionales la columna central de la Revolución Bolivariana para debilitar sus bases de sustentación. En tercer término, vilipendiar y desestabilizar el gobierno bolivariano instaurado en Venezuela para sustituirlo por un régimen afecto a los Estados Unidos que tutele su accionar político y convalide su proyecto de sociedad. Finalmente, destruir toda la esperanza de constituir en el continente y en el Sur Global sociedades fundadas en la doctrina y los principios bolivarianos.

Es un ataque geopolítico. La derecha mundial, liderada por Estados Unidos, sabe que Bolívar se ha convertido en un referente de las naciones y pueblos del Sur que luchan por la soberanía e independencia y por la unidad de los oprimidos; por tanto, se han propuesto aniquilarlo simbólicamente, excluirlo del imaginario colectivo, desterrarlo del corazón de los pueblos, y apagar su fuego que anida en el corazón de las mayorías. Saben que mientras Bolívar permanezca como símbolo, su mensaje de liberación y su doctrina, en perpetua renovación, se incorporará a los movimientos sociales contrahegemónicos.

Por tanto, aprovechando que en las redes propician el analfabetismo funcional y la apatía hacia la Patria,   se han propuesto acabar con el Libertador que es el principal símbolo de lucha y creación enraizada en la cultura popular y el imaginario colectivo. Se proponen destruir el símbolo fundante de la identidad y la lucha suramericanas. Símbolo capaz de movilizar multitudes y de convertirse en guía para la reconstrucción soberana de nuestras naciones; símbolo capaz de aglutinarnos para emprender las grandes tareas de redención social y reposicionamiento internacional. 

La respuesta a esta Campaña geopolítica internacional contra El Libertador, no puede ser otra que el estudio con sentido creador y fines de transformación. En una oportunidad, (12 de julio del 2004[U8] ) el comandante Chávez, dijo: “Yo tengo la impresión de que nosotros no conocemos bien a este hombre, quién fue realmente Bolívar ”.[v] El desafío es conocer al Padre de la Patria: entender su radical gesta histórica, comprender su proyecto político contrahegemónico, perpetuar su legado. Allí cabalga todo un “ejército de ideas” que tienen plena vigencia y que ponen en peligro el poderío de los imperios. Por eso, no nos extraña que contraten escribientes a sueldo a quienes les ordenan ponerse denigrar contra Bolívar. No lograrán su cometido. Ignoran que Bolívar trata de una fuerza espiritual imperecedera. Como dijera Miguel de Unamuno, “es uno de esos seres espirituales sin cuya presencia en este mundo la humanidad quedaría incompleta”.


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¡PIENSA, LUEGO EXISTES! Adentrándonos en el alma de los ninis.

Por: José Garcés

Introducción
Lo que sigue son conjeturas que deben probarse en su momento y oportunidad.
Inspirados en la famosa proposición cartesiana, consideramos un grupo de personas con
una importancia insospechada para la sociedad, nos referimos a los ninis. Este sector de
la población que no se decide por ninguno de los dos polos políticos y que parecen
responder al antiguo adagio que reza: “Cuando te pongan a elegir entre dos alternativas,
elige la tercera”. En consecuencia, no se dejan encajonar ni catalogar. Constituyen en sí
mismos una diversidad en su grupo: ningún nini es igual a otro nini. Cada uno deja su
sello personal que explica por qué eligió la tercera alternativa, para ellos cada razón es
diferente a las otras y, aunque, obviamente pueden inventarse categorías justo esto es lo
que representa la fobia más grande de ese sector “apolítico”. Como adoran las
particularidades, creen que sus razones son originales pero en realidad son muy
comunes y predecibles. A continuación, se describen algunas de ellas.
Características psicológicas de los ninis

  1. Se compromete sólo consigo mismo.
    El nini tiene como lema: “Yo soy del partido de Gómez, si no trabajas no comes”. Por
    ello, puede participar activamente de los emprendimientos y creer que trata de una
    iniciativa estrictamente individual, aunque haya una estructura provista por el Estado
    que favorezca la instrumentación de los emprendimientos.
  2. La soledad es su condición definitoria.
    La soledad se presenta en la forma de la magnificación de la individualidad y puede
    albergar diversidades, mismas que son promocionadas por los medios de difusión de la
    ideología burguesa (Netflix, cine, novelas, etc.). En tal sentido, la neurodiversidad y la
    sexodiversidad, en sus presentaciones más insólitas, pueden aparecer.
  3. Se podría comportar como el “Individuo tirano”, descrito por Sadin.
    Como el nini, sabe que está “perdido en su soledad” y en este sentido puede constituirse
    en el “Individuo tirano”, tiene como algunos de sus descriptores los siguientes: Odia a
    las mayorías; Reniega de la autoridad; Deslegitima a la autoridades; Descree de los
    profesores; Relativiza la opinión del médico respecto a otro médico o internet; Insulta
    las fuerzas policiales, militares, etc., Considera que es “normal”, percibe a las figuras de
    poder como “iguales” incluso con las que se puede y debe competir; Aspira constituirse
    en miles de focos de poder.
    Lo expuesto, genera algunos asuntos:
  4. Favorece los fenómenos de parcelamiento creciente de la sociedad.
  5. Descree de la esfera común como espacio real en el que cada persona alcanza su
    beneficio.
  6. Gravita en su mente pero no en forma conspicua.
  7. Alberga odio, pero esta no es su emoción predominante. Aunque si se explora
    debajo de la primera “capa de la cebolla”, con mucha probabilidad se encontrará
    el odio ahí, pero, como habíamos dicho, el nini trata de trascender el odio porque
    comprendió que el esfuerzo personal es mucho más productivo.
  8. Pierde la esperanza en los proyectos colectivos.
  9. Desconfía en cualquier iniciativa comunitaria debido a la valoración exclusiva
    del esfuerzo personal y en este sentido tiene expectativas en sí mismo.
  10. Teme sufrir. Un terror atávico lo asalta de continuo, el miedo a sufrir. En el nini
    operan las continuas y muy efectivas contingencias del punitivo y fiero control
    conductual ejercidas por la burguesía a través de toda la historia y lo controlan
    todavía hoy con el peso aplastante de lo transgeneracional. ¿Quién puede dudar
    que la matanza de 3.600 obreros en el Iquique de 1917 (y las otras matanzas
    como la de Puerto Montt, etc.) no tiene efecto sobre el chileno de hoy día? ¿No
    es acaso una conducta adaptativa el carácter ladino y esquivo del llanero, en
    virtud de las repetidas guerras y alzamientos durante el siglo 19 en Venezuela?
    ¿La Rotunda y la Seguridad Nacional no andarán gravitando todavía en el
    inconsciente colectivo del venezolano? La historia del nini le recuerda en algún
    nivel de conciencia que ya ha sufrido demasiado y esto lo impulsa a no creer en
    proyectos colectivos.
  11. Adversa la lucha colectiva. El nini ha olvidado una sentencia que nos daban
    nuestros ancestros: “Tu nombre es lucha”. Desde hace 500 años esta patria
    venezolana ha sido codiciada por potencias imperiales que no van a cejar en su
    intento por apoderarse de las riquezas de nuestra tierra, eso nos convierte en
    luchadores para siempre y nos incorpora en la dimensión de la “lucha
    sempiterna”. Es muy diferente luchar teniendo la idea de que la lucha se va a
    acabar algún día, a luchar con la cruda conciencia de que la lucha va a ser eterna.
    El nini niega la lucha colectiva y se pierde en una lucha particular, esta vez por
    su sustento. El nini ignora la sentencia de Buda: “No hay salvación individual”,
    y el vaticinio del maestro Thay que dice: “Estoy convencido de que el próximo
    Buda no vendrá en la forma de un hombre sino de una comunidad”.
  12. Olvido del vínculo y la interdependencia. Por eso mismo no piensa que el otro lo
    puede ayudar a ser feliz ya que lo han entrenado en la híper-valoración del
    esfuerzo individual. Si el nini pensara en el otro, se diera cuenta de que la
    dimensión colectiva del ser humano la tiene en la palma de su mano pero para él,
    el otro no existe, salvo que sea para apoyarlo como cliente en sus
    emprendimientos. Si asumiera al prójimo, comprendería que el otro existe como
    sujeto cooperativo de su propio bienestar, ya que vivimos en inextricable
    interdependencia y estamos vinculados indisolublemente, podría respirar
    tranquilamente. De manera que si el nini pensara en mí, −se diera cuenta de que
    yo existo−, “yo” podría aparecer en su vida como un elemento cooperativo en la
    construcción de su felicidad, por eso la triquiñuela con Descartes: ¡Piensa, luego
    existes!

Corolario
En suma, podemos aventurar algunas ideas:

  1. No se deja encajonar: “Cuando te pongan a elegir entre dos alternativas, elige la
    tercera”.
  2. Se compromete sólo consigo mismo.
  3. La condición subyacente más importante del nini es la soledad.
  4. Puede constituirse en el “Individuo tirano” descrito por Sadin, que tiene como
    algunos de sus descriptores los siguientes: odia a las mayorías, descree de la
    autoridad y trata de constituirse en miles de focos de poder.
    Todo lo anterior genera las siguientes características:
  5. Favorecen los fenómenos de parcelamiento creciente de la sociedad.
  6. Impulsa a no creer más en la esfera común como el espacio real en la que cada
    persona alcanza su beneficio.
  7. Alberga odio, pero esta no es su emoción predominante.
  8. Trasciende la esperanza en cualquier iniciativa colectiva y tiene fe sólo en sí
    mismo.
  9. Lo asalta un terror atávico de continuo, el miedo a sufrir.
  10. La lucha colectiva lo agota, batalla por sí mismo.
  11. Pánico al asumir que el combate es sempiterno.
  12. Híper valoración del esfuerzo individual. Subestima la importancia del otro en la
    construcción de un mundo mejor. Por eso el llamamiento: ¡Piensa, luego existes!
    Posible plan de trabajo
    Según este abordaje, estas podrían ser las características fundamentales de la
    personalidad del nini (al lado se sugieren algunas alternativas para su manejo):
  13. No se deja encajonar=Valora su particularidad.
  14. Se compromete sólo consigo mismo=Necesidad de apoyo.
  15. La condición subyacente es la soledad=Necesidad de apoyo.
  16. Individuo Tirano (Sadin)=Orientación, manejo político.
  17. Puede albergar odio=Manejo del odio, subrayar sus consecuencias negativas.
    Ofrecer alternativas como el amor.
  18. Tiene esperanza sólo en sí mismo=Apoyarlo moralmente.
  19. Lo asalta el miedo a sufrir=Manejar el miedo.
  20. Lucha por sí mismo=Ofrecer apoyo.
  21. Siente pánico al asumir que la lucha es sempiterna=Orientarlo, manejo político.
  22. Orientarlo en la interdependencia y el vínculo: ¡Piensa, luego existes!

De manera que las condiciones psicológicas más resaltantes son:

  1. Necesidad de apoyo.
  2. Orientación, manejo político para despertar la necesidad de incorporar al otro.
  3. Odio, Miedo.
    Oportunidades
    A los ninis puede orientárseles para que incorporen el vínculo y la confianza en las
    iniciativas colectivas sin que por ello nieguen su empuje personal; por supuesto, para
    ello se debe trabajar las condiciones psicológicas descritas en el punto anterior.
    Peligros
    Los ninis pueden constituirse en el “Individuo tirano” descrito por Sadin, con las
    consecuencias negativas descritas por ese autor y fáciles de prever.
bolivar y sandino

OPINIÓN || El plan del supremo sueño de Bolívar; el gran tributo de Sandino a la vigencia del pensamiento bolivariano antes de Chávez

Por: Pedro Penso

El Plan para la Realización del Supremo Sueño de Bolívar[i] trasluce el espíritu antiimperialista y nacionalista de Augusto César Sandino a favor de la autodeterminación de los pueblos latinoamericanos. Documento que reclamó bajo enérgicos argumentos jurídicos internacionales que se detuvieran los vejámenes del imperialismo norteamericano contra la América morena. Inspirado en Bolívar a través de la Carta de Jamaica de 1815 y el Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826, luchó por los mismos ideales libertadores.

En consecuencia, trató de un documento cardinal que abordó la unidad e independencia de los pueblos de América Latina.  De esta manera, bosquejó y legó propuestas esenciales para enfrentar las actuales agresiones y amenazas del gobierno de Estados Unidos contra los diferentes países de la Patria Grande.

La racionalidad de este plan atacó las bases fundamentales de la Doctrina Monroe contra los Estados latinoamericanos: “La conferencia de representantes de los veintiún Estados integrantes de la nacionalidad Latinoamericana declara abolida la doctrina Monroe y, de consiguiente, anula el vigor que dicha doctrina pretende poseer para inmiscuirse en la política interna y externa de los Estados Latinoamericanos”.

Por ello, Sandino propuso la conformación de una nacionalidad latinoamericana y caribeña, enarbolando una ciudadanía para la américa toda: “La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana declara expresamente reconocido el derecho de alianza que asiste a los veintiún Estados de la América Latina Continental e Insular, y por ende, establecida una sola Nacionalidad denominada Nacionalidad Latinoamericana, haciéndose de ese modo efectiva la ciudadanía latinoamericana”.

 La visión del excelso nicaragüense se alineó al legado de Bolívar que es uno de los más importantes de la historia nuestroamericana. Su lucha por la libertad, la independencia y la igualdad inspiró a grandes líderes revolucionarios y a todos los pueblos de la región. Bolívar abrigó la esperanza de una América Latina unida y próspera, ideario que impulsó las luchas de Sandino aún vigentes.

Hoy más que nunca este legado ratifica el combate para una América Latina unida y soberana desde los tiempos de Bolívar hasta la conformación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP). El Supremo Sueño de Bolívar nos inspira a trabajar juntos para preservar la independencia y enfrentar los desafíos de hoy en día.

El ideal de Sandino expuesto en el referido plan, consistió en una propuesta del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua en cuarenta y cuatro (44) puntos donde exhortaron a los gobernantes a consolidar la unidad de la “Patria Grande”. Cabe subrayar que el pensamiento bolivariano de Sandino se consolidó en los aspectos esenciales del plan que se presenta; por ende, es de suma importancia destacar algunos puntos claves de ese corpus ideológico-político básico para nuestra lucha libertadora:

Abolición de la Doctrina Monroe: El plan aboga por la necesidad de anular la doctrina Monroe que facilitó la intromisión de Estados Unidos en los asuntos internos y externos de los países latinoamericanos.

Alianza Latinoamericana y Caribeña: Presentó la conformación de una alianza entre los Estados latinoamericanos y caribeños, con el objetivo de mantener la independencia frente a las pretensiones imperialistas de Estados Unidos y otras potencias.

Ciudadanía Latinoamericana: Estableció que esta alianza debe fortalecer la ciudadanía latinoamericana, promover la unidad y la soberanía de la región.

Enfrentamiento a las Agresiones: El plan surgió en un contexto de batalla contra las fuerzas invasoras estadounidenses en Nicaragua. Por lo tanto, buscó arrojar luz sobre cómo enfrentar las actuales agresiones y amenazas del gobierno estadounidense contra  los diferentes países de la Patria Grande. En suma, la defensa de la soberanía y la dignidad nacional son la médula del Plan del Supremo Sueño de Bolívar.


[i] Este texto del “Plan para la Realización del Supremo Sueño de Bolívar”, proyecto original que el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua presenta a los representantes de los Gobiernos de los veintiún Estados Latinoamericanos, firmado por Augusto C. Sandino, el 20 de marzo de 1929, fue rescatado para la historia por un destacado intelectual nicaragüense, bolivariano como Sandino, al igual que como este revolucionario y guerrillero de profundas convicciones, uno de los primeros sandinistas, el Dr. Aldo Díaz Lacayo, primer embajador de la Revolución Popular Sandinista en Venezuela.

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AN conmemora Bicentenario de la designación de El Libertador Simón Bolívar, como ciudadano mexicano.

La Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, celebró una Sesión Solemne para conmemorar el Bicentenario de la designación de El Libertador Simón Bolívar, como ciudadano mexicano por el Congreso Constituyente de México el 17 de marzo de 1824.

Desde el Palacio Federal Legislativo, en Caracas, los y las parlamentarias recibieron a representantes del hermano país quienes, por instrucción del presidente de México, Manuel López Obrador, vinieron a Venezuela a conmemorar tan insigne fecha en la que se exalta el temple del “mexicano más caraqueño”.

La sesión, inició con palabras de la senadora Marcela Mora, miembro de la mesa directiva de del senado de la República de los Estados Unidos Mexicanos, quien se refirió a la importancia de alzar las banderas del pensamiento bolivariano para hacer frente, al igual que hace más de dos siglos, a imperios e intereses extranjeros que pretendan mancillar la soberanía y la autodeterminación de los pueblos latinoamericanos.

“Bolívar sabía que américa latina no podía permitir que intereses externos explotaran y dividieran a las naciones, hoy nos enfrentamos a grandes amenazas … Las palabras de Bolívar nos recuerdan que debemos permanecer en unidad, eso es honrar la doctrina bolivariana” expresó la senadora.

Seguidamente, la diputada Tania Díaz, quien también es presidenta del grupo de amistad parlamentaria con la República de los Estados Unidos Mexicanos, fue responsable de ofrecer el discurso de orden durante esta Sesión Solemne.

“Alerta, alerta, alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina”.

En sus palabras, la diputada Díaz, agradeció la deferencia del presidente de México en conmemorar esta fecha tan importante, a pesar que no es mucha la relación entre México y Bolívar quien, aunque solo estuvo una vez en este país durante su adolescencia, recibió de forma honorífica la ciudadanía mexicana tras la gesta independentista que liberó los actuales Colombia, Venezuela, Ecuador, Panamá, Perú y Bolivia. Asimismo, honró a los diputados constituyentes mexicanos de aquel 17 de marzo de 1824.

A continuación, parte del discurso pronunciado por el diputado constituyente Fray Servando Teresa de Mier ante el congreso a fin de solicitar que fuese conferida la ciudadanía a El Libertador:

“Señor: Hay hombres privilegiados por el cielo para cuyo panegírico es inútil la elocuencia, porque su nombre solo es el mayor elogio. Tal es el héroe que en los fastos gloriosos del Nuevo Mundo ocupará sin disputa el primer lugar al lado del inmortal Washington: Por esta señal inequívoca todo el mundo conocerá que hablamos de aquel general que, contando las victorias por el número de los combates, destrozó el envejecido cetro peninsular en Venezuela, su patria, en Cartagena, Santa Martha, Cundinamarca, Quito y Guayaquil, con las cuales formó la inmensa República de Colombia. Hizo más: se venció a sí mismo, depuso voluntario su espada triunfante a los pies de los padres de la patria que reuniera para constituirla y se constituyó su primer súbdito, rehusando con empeño todo mando; de aquél hablamos que reasumiéndolo por obediencia, sin ficción, está ahora triunfando en el país de los incas, de las últimas esperanzas de la soberbia española; de aquél hablamos, en fin, a quien las Repúblicas de la América Meridional unas tras otras, han nombrado sin miedo su dictador, porque el cúmulo eminente de sus virtudes aleja toda sospecha de abuso y despotismo. Tal es el excelentísimo señor don Simón Bolívar, Presidente de la República de Colombia, Gobernador Supremo del Perú, llamado con razón El Libertador, admiración de la Europa y gloria de la América entera.”

A lo largo de su discurso, la parlamentaria, repasó las hazañas heroicas del padre de la Patria, así como referencias de su visión de libertad, soberanía y unidad latinoamericana que influyó a tantos héroes y heroínas dentro y fuera de nuestras fronteras.

En este mismo orden de ideas, comparó como los mismos calificativos y señalamientos realizados en contra de Bolívar, fueron impuestos al comandante, y máximo líder de la revolución bolivariana, Hugo Chávez y más recientemente al presidente Nicolás Maduro quienes al igual que El Libertador abogaban en pro de los pueblos y su derecho a la autodeterminación

“El pueblo en la noche cuando nadie lo mira, llega hasta la estatua del hombre a caballo, lo desmonta y se lo lleva para su casa, ¡no lo olviden!”  exclamó la diputada quien tras citar al poeta Andrés Eloy Blanco dijo:

«Hoy Gracias a Dios, a Hugo Chávez y al valiente pueblo de Venezuela, podemos decir, para regocijo del poeta de esta Caracas revolucionaria, que hemos hecho al Bolívar de pan para vencer la guerra de hambre que pretendieron imponernos, qué hemos hecho al Bolívar de cristal para mirarnos en él y reproducirnos hoy en el siglo XXI, en su ejército popular de hombres y mujeres libres que no dejaremos, bajo ninguna circunstancia, que nos arrebaten de nuevo sus banderas de justicia y de soberanía; con respecto a nuestro Bolívar de aire todavía recorre tierras y levanta corazones en esta región de la unión sudamericana».

Chávez

OPINIÓN | Hacia un nuevo Socialismo

Tania Valentina Díaz 

Vicepresidenta de Formación e Ideología del PSUV 

Rectora de LAUICOM

Suele presentarse a Hugo Chávez como una importante figura contemporánea de la historia política latinoamericana, pero en absoluto como un teórico de la nueva praxis revolucionaria mundial. Tal déficit sobre su legado revolucionario ha resultado en una subestimación de la transformación que produjo hasta un borramiento de la misma.

Chávez nos recordaba que para hacer la historia grande que necesitamos, tenemos que comprender primero el pasado épico del cual procedemos. Recuperar las raíces de la venezolanidad y de nuestra latinoamericanidad fue siempre un elemento vertebral de toda la nueva política a la que nos convocaba y convoca siempre.

Hugo Chávez tenía consciencia de que su palabra (con)ductora tendría un uso para el tiempo presente y coyuntural, y quedaría como faro para la nueva praxis utópica. Por ello dio literalmente cátedra de cómo, gustosamente, vivir una vida consagrada a la política comprendiendo todas sus dimensiones sociales y comunitarias, éticas y estéticas, épicas y poéticas, lúdicas y eróticas, políticas y geopolíticas.

Formar un ejército de mentes, corazones y voluntades

Desde El Libro Azul (1981), en sus tiempos de cadete, Hugo Chávez advertía que no se podría confrontar un sistemático proceso civilizatorio para la producción y reproducción de la dominación política, la explotación económica, la vejación cultural y el matricidio de la madre tierra sin profundizar en un nuevo modelo civilizatorio que permitiera la producción y reproducción de una vuelta a la vida en comunidad. Tal reflexión del Libro del Libro Azul la enmarca en la metáfora de Las Tres Raíces: raíces nutricias de una nueva utopía emancipadora, pero emergida de un contenido histórico revolucionario mestizo/ cimarrón y asimismo nacional/ raizal. Latinoamericano.

En primer término, postula una raíz epistemológica capaz de producir las rupturas cismáticas necesarias para alumbrar una nueva forma de vida.

La alternativa de salida al laberinto de la sociedad capitalista neoliberal la encuentra, entre otros, en la utopía contenida en la praxis de la emancipación de la América Meridional del reino de España, comandada por Simón Bolívar y en particular en “Sociedades Americanas”, manuscrito publicado en 1828 por Simón Rodríguez: Toparquía

Para Chávez, la escapatoria del presente ominoso engendrado por la sociedad del capital de finales del siglo XX está en la redención contenida en nuestra especificidad civilizatoria, nuestra originalidad histórica y nuestra voluntad emancipadora radical.

De toda la vasta obra de don Simón Rodríguez, rescata esta reflexión epistemológica radical, no por casualidad enunciada desde un sujeto plural, un nosotros que busca fundar una nueva comunidad de sentido y de vida:

“¿Dónde iremos a buscar modelos?

La América española es original; originales han de ser

sus instituciones y su gobierno,

y originales los medios de fundar uno y otro.

O inventamos, o erramos.

La América no debe imitar servilmente,

sino ser original.”

Como segundo epígrafe que enmarca todo el proyecto descolonizador intuido por Hugo Chávez tenemos una musculosa frase en la que Simón Bolívar produce la definición misma de una nueva pedagógica descolonial:

“Usted formó mi corazón para la libertad,

para la justicia, para lo grande,

para lo hermoso.

Yo he seguido el sendero

que usted me señaló…”

Formar o forjar el corazón de un hombre o un pueblo es mucho más radical que meramente producir una razón científica, política y filosófica, o instaurar un nuevo orden social o económico. Formar y forjar un corazón (emocionalidad) para la libertad (la política), para la justicia (la ética), para lo grande (la épica) y para lo hermoso (la estética) constituye la definición misma de una nueva pedagógica de y para la liberación.

Hugo Chávez al definir el árbol de las tres raíces como el manifiesto fundador del Sistema EBR (Ejército Bolivariano Revolucionario) rescata la teoría pedagógica revolucionaria que es el acrónimo en clave de Ezequiel Zamora, Simón Bolívar y Simón Rodríguez.

Ezequiel Zamora enuncia que la causa pendiente es la de los pueblos, la de la república genuina, la del heroísmo y la de los principios. Y al ser citada por Hugo Chávez como introito de El Libro Azul —que es acta de nacimiento del ulterior MBR-200.

A partir de una lectura atenta de Simón Rodríguez, Simón Bolívar y de Ezequiel Zamora, entre otros, Chávez hila un contenido teórico/político hasta componer la justificación ética y política de una necesaria insurrección en Venezuela (1992) que con los años habrá de convertirse en latencia de insurrección de otros pueblos de Nuestra América.

Con su insurgencia en la arena política nacional, el joven oficial paracaidista del ejército enmendó la plana a casi toda la clase política e intelectual existente para la época en Venezuela y otras partes del mundo. Y la sacó del hechizo de una sociedad sin alternativas que esta “vanguardia” supuestamente ilustrada había adoptado de la filosofía y la cultura postmoderna, según la cual la historia no era sino un mero relato del todo despojado de poder para explicar el presente o proyectar el futuro. Esta ruptura epistemológica es creación heroica para la teoría revolucionaria de una transición el socialismo, tanto para el siglo XX como para el siglo XXI.

El pensamiento de Chávez es pensamiento vivo. Es un “sentipensar” que crece y se desarrolla en la medida en que la conciencia de los pueblos también crece y se afianza. De esta forma se hizo el pasaje de una agenda antineoliberal y un discurso de la recuperación de la moral pública hacia una agenda mucho más radical: la del discurso del antiimperialismo y el anticolonialismo consecuente, que le abrió el tránsito al proyecto del socialismo del siglo XXI, un socialismo signado por el nuevo concepto del vivir-viviendo.

Tras la partida física de Chávez, Venezuela se encuentra en el centro de la “narrativa gris” imperialista que intenta por todos los medios aniquilar el proyecto bolivariano chavista. Borrar su impronta. Desacreditar sus conquistas. Exterminarlo de raíz y lograr, como pretendieron hacer las oligarquías del siglo XVIII con Bolívar, echarlo al olvido de la vergüenza.

“No pudieron contigo, Comandante.

No podrán con nosotros jamás.

Has roto el maleficio de la traición”,

decretó el Presidente Nicolas Maduro Moros al despedir en el féretro al Comandante Hugo Chávez”.

Venezuela no traicionará a Chávez porque sería traicionar su esencia misma. Sería desconocerse. Su capacidad de resiliencia se ha convertido en ejemplo díscolo a contrapelo de las pretensiones de la potencia hegemónica y ha tenido como su principal victoria la paz. Solo los que conocen la guerra – y mira que hemos visto sus horribles fauces asomarse en nuestras costas, ríos y montañas- saben justipreciar el significado de la paz. Este ha sido uno de los grandes triunfos de la República Bolivariana de Venezuela, qué seguirá su curso rumbo al socialismo, superando el criminal y brutal asedio, cerco y bloqueo que impone esta guerra irrestricta que nos imponen las elites que mueven los nervios del poder en el mundo.

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Hacia una Dialéctica de la Calidad Académica

Fernando Buen Abad Domínguez

No hay definición correcta de “Calidad Académica” sin una definición precisa, con problematización diferenciada, de las necesidades, endógenas y exógenas, a que responde. Su extensión, profundidad, y antigüedad. En un sentido, no único, educar es también reparar un daño. La mejor vacuna del mundo es inútil si se aplica a la enfermedad equivocada e incluso puede ser contraproducente y letal. Necesitamos la democratización y politización de la producción académica bajo una democracia participativa en la producción, reproducción y distribución social del conocimiento. Dinamizar la relación dialéctica científica entre teoría y práctica con práctica y teoría.

Las necesidades sociales, que poseen una diversidad enorme de causas e identidades, son seres sociales vivos, que nacen, se reproducen y extinguen según el grado de desarrollo colectivo y según el cúmulo de “puntos de no retorno” planificados para asegurar status civilizatorio a una colectividad. Porque ha sido un “cáncer” histórico muy doloroso y costoso inventar, imponer y aceptar las necesidades de minorías que se imponen a las mayorías para que las “resuelvan” esclavizándose. La libertad es conciencia de las necesidades.

La “Calidad Académica” ni se tiene para siempre… ni se detiene en los laureles coyunturales de las burocracias. Hay que poner a salvo a la “Calidad Académica” (o “Excelencia” le llaman algunos) de todas las emboscadas ideadas para falsificarla, camuflarla o mercantilizarla sacándola de su naturaleza social y política como derecho humano. Aquí la crítica al modelo capitalista de “mercantilismo educativo”, distingue a las iniciativas honestas que, sin presupuestos gubernamentales, desarrollan estrategias de financiamiento sin fines de lucro. No hay gran descubrimiento al afirmar que muchas iniciativas educativas, basadas en compromisos verificables de “calidad académica”, superan críticamente, en forma y contenido, las ofertas “oficiales” e incluso amplían los márgenes del conocimiento con mayor libertad y velocidad que los aparatos educativos estatales. Pero todo eso debe evaluarse y problematizarse contrastándolo con la dialéctica de las necesidades y sus satisfactores. Sin trampas.

Merece revisión y actualización, al calce, el conjunto terminológico que suele emplearse cuando se dirimen los antecedentes, la situación actual y las perspectivas de la “Calidad Académica”, sus ejes teórico-metodológicos predominantes y la relación dialéctica entre la teoría y la práctica de su desarrollo. Merecerá también un esfuerzo de re-semantización histórica el vocabulario que aquí se propone hacia una otra concepción y aplicación emancipada y emancipadora de la “Calidad Académica”.

Todo proceso que alcanza (en un momento histórico concreto) el máximo desarrollo (desigual, combinado y dinámico) de sus componentes, fija para sí y para sus entornos, parámetros y paradigmas de calidad que, en condiciones idóneas deberían impedir retrocesos o pérdidas en su totalidad o en sus partes. Y si tal máximo desarrollo es académico (es decir del conjunto de conocimientos alcanzados por una comunidad de enseñanza y aprendizaje, entonces la Calidad adquiere, además, valor estratégico para el desarrollo de la comunidad. Por eso la “Calidad Académica” es irreductible a los planos de las posesiones privadas, con fines de comercialización o de usufructo sectario. Es una relación o reducción aberrante por definición.

Todo está íntimamente relacionado de maneras diversas; todo está en movimiento constante y diferenciado; todo es materia resuelta bajo infinidad de formas. Todo está imbricado con el papel de la especie humana sus aportes, sus atrasos, desigualdades y conquistas. Así de compleja y rica es la naturaleza toda incluyendo a la humana y así de compleja, y comprensiva, debe ser la metodología para el conocimiento y el conocimiento para la metodología. Una de las cualidades más subyugantes del conocimiento es su dinámica incesante. Su velocidad diferencial y su luminosidad especial que no sólo aclara dónde se posa, sino que contagia otras luces en zonas inimaginables. Es una forma exponencial del crecimiento humano y por eso exige rigurosidad moral y ética en sus medios, modos y relaciones de producción y distribución.

Nuestra idea de “Calidad Académica” supone relaciones de conocimiento consensuadas. Estudiantes, docentes, investigadores, administradores… todos deberían participar de una comunidad científica para la dialéctica de las necesidades académicas y actualizarse permanentemente con una agenda consensuada también periódicamente. Nada debería ocurrir en los procesos del conocimiento, en su economía política, sin comprensión e intervención en los contextos económicos, históricos y políticos, sus necesidades y satisfactores consensuados por la participación directa de las comunicadas, reales o potenciales.

En ese marco, provisional, de referencias es necesaria una producción abierta de programas-protocolo integrales capaces de sistematizar tareas y evitar las “curriculas” o “pensum” de antojo. Semejantes protocolos han de ser, en su calidad y cantidad, mapas dinámicos con las rutas para la producción social del conocimiento con sus diversidades y sus límites. para la resolución de los problemas que agobien a los pueblos.

En materia de comunicación la problemática es también muy amplia, dinámica y diversa. Es un problema severo el plan de dominación ideológica imperial y es un problema de igual envergadura, el despliegue de la guerra mediática que además de concentración monopólica de medios, exhibe una dependencia tecnológica asfixiante ante pueblos que necesitan, por su diversidad cultural, herramientas de comunicación social emancipadas y emancipadoras.

Adicionalmente, es un problema serio el déficit de producción teórico-metodológica emancipadora, ajustada a las necesidades concretas de las coyunturas y de la humanidad toda. Necesitamos calidad académica extremadamente fiel y extremadamente dinámica en la tarea de resolver los problemas mundiales y locales de la comunicación tal como lo vio, en 1980, la comisión Internacional para el Estudio de los Problemas de la Comunicación que en su “Informe MacBride” exige: “Un Nuevo Orden Mundial de la Comunicación y la Información” para “Un solo Mundo con Voces Múltiples”. Estamos lejos de eso, por ahora.

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27 de febrero: Día Nacional de la Insurgencia Popular

Por Alí Ramón Rojas Olaya

El Guarenazo

27 de febrero de 1989: 34 años de “El Caracazo” - Ministerio de Desarrollo Minero Ecológico

En los albores de los años noventa conocí a una mujer llamada Joaquina que me contó una historia ocurrida en Guarenas que me estremeció. Era la noche del 26 de febrero de 1989. Joaquina se debatía entre la desesperanza y el infortunio. El llanto de los hijos y el de ella misma, la intranquilizaban. No habían comido en todo el día. El patrón de la fábrica donde trabaja en La Yaguara la explotaba diariamente de tal forma que, al llegar a su rancho, de ella sólo quedaba un cuerpo exprimido. El hambre carcomía sus entrañas cual alimaña posándose en la pobreza crítica. Esta mujer es la síntesis implacable y auténtica de la gente bella que poblaba la Venezuela que comenzó a desdibujarse con la Cosiata y que parecía haber alcanzado su punto máximo convertida en el pez que fuma. Una Venezuela acostumbrada a padecer, a soportar la tortura eternizada en la demora de un plato de sobras, preñada de niños que atesoraban basura aderezada entre perros.

Ya era de madrugada. Joaquina arrancaba la hojita vieja al almanaque pegado en el clavito de la pared de la cocina. Era 27 de febrero. Se acostó acurrucada porque pensaba en una arepa, un pancito, alguito que comer. Entre una y una y media, los niños dormían junto a su madre. El más pequeño estaba soñando. Sonreía y colocaba los labios como si estuviese succionando. Quizás recordaba la época en que ella lo amamantaba. Los otros dos se levantaban abruptamente: el hambre interrumpía el sueño que, convertido en furia, roía sin piedad el sosiego nocturnal. Joaquina, en su rancho de Guarenas se levantó a las 2 en punto a orinar, luego contempló por unos instantes a sus hijos e intentó sumergirse en el sopor en el que inquietos nadaban sus niños.

Trató de recordar si en algún lugar quedaba una latica de sardinas, algún tomate, un pedacito de pan viejo, algo, y nada, recuerdó por enésima vez que ya había supervisado cuanto recoveco existía. Eran las 4 de la madrugada. Los niños dormían tranquilos porque vencieron el hambre. Ella fue al baño, se vio en el espejo, se echó agua en la cara. Exprimió el dentífrico hasta que logró sacarle un chorrito escuálido. Lo colocó en el cepillo. Lo barrió por sus dientes. Escupió el agua blanquecina. Se puso el pantalón, la blusa, revisó su cartera, besó a sus hijos. En lo que salió, le pidió a la vecina que despertara a los muchachos a las seis para que vayan a la escuela. Lo que no sabía Joaquina es que una noticia terrible la esperaba en la parada de busetas: subieron los precios del pasaje.

El 27 de febrero de 1854

El 27 de febrero de 1854, Simón Rodríguez manda a llamar al cura de Amotape. Sobre esto narra Camilo Gómez: “Don Simón, tan luego lo vio, se incorporó en la cama, hizo que el cura se acomodara en la única silla que había, y comenzó a hablar algo así como una disertación materialista. Recuerdo que manifestaba al cura que no tenía más religión que la que había jurado en el Monte Sacro con su discípulo”. El día siguiente, Simón Rodríguez parte a la inmortalidad poco después de las once de la noche. El acta de defunción dice: “Año del Señor de mil ochocientos cincuenta y cuatro, a primero de marzo, yo don Santiago Sánchez, presbítero, cura propio de la parroquia de San Nicolás de Amotape: en su santa iglesia di sepultura eclesiástica al cuerpo difunto de don Simón Rodríguez, casta de español, como de edad de noventa años al parecer, el que se confesó en su entero conocimiento y dijo, fue casado dos veces y que era hijo de Caracas, y la última mujer finada se llamó Manuela Gómez, hija de Bolivia, y que sólo dejaba un hijo que se llama José Rodríguez; éste recibió todos los santos sacramentos y se enterró de mayor”.

El 27 de febrero de 1989

El martes 4 de febrero de 1992, el pueblo conoció al comandante Chávez como parte de un grupo de militares y civiles que ejecutó un intento de golpe de Estado en Venezuela contra el entonces presidente constitucional Carlos Andrés Pérez quien había lanzado por órdenes del Fondo Monetario Internacional el programa económico de Miguel Rodríguez, su jefe de Cordiplan y presidente del BCV. Ese economista, después de hacer una maestría en la Universidad de Yale y doctorarse en la Universidad de Harvard, regresó en 1985 para trabajar en el Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa). Publicó el artículo “Mitos y realidades del endeudamiento externo de Venezuela”, que lo catapultó como hombre clave.

Ese “genio de la economía” escribió el programa “El gran viraje”, en el que hilvanó una serie de ajustes económicos neoliberales para refinanciar la deuda externa. Los resultados los vaticinó Simón Rodríguez: “El hambre convierte los crímenes en actos de virtud”. El 27 de febrero de 1989 se inició en Guarenas lo que conocemos como el Caracazo, que arrojó más de tres mil muertos. Tras esa traba popular, Pérez lo conmina a reajustarlo. Las secuelas nos las facilita Hernán Méndez Castellano, de Fundacredesa. Para 1993, 1,07% de la población vivía en la opulencia (cuatro mil familias) y 7,09% vivía en relativo confort (15 mil familias). La clase media venezolana se redujo a 13,6%. 37,6% conformaban la clase obrera (cerca de siete millones). 40,64% (ocho millones) era marginal. Para 1995, de 21.332.515 habitantes, 81,58% se hallaba en situación de pobreza, de la cual 41,75%, es decir, más de nueve millones padecían miseria, entre ellos unos cuatro millones de niños sin hogar o escuela o con severos cuadros de desnutrición.

Detrás de cada número se esconde un dolor. Miguel Rodríguez había logrado el objetivo de su paquete: enriquecer más a la oligarquía.

Paredes para Rodríguez

El golpe no tuvo éxito. El comandante Chávez se hizo responsable y cual Libertador del Siglo XXI, el 4 de febrero de 1992 encarnó a toda la gente que va con la esperanza en la mano.

El 28 de febrero de 2021 tuve la fortuna de ser entrevistado por la profesora Cristina González en el programa Esto es lo que hay que transmite el canal informativo de la Radio Nacional de Venezuela. Nos llovieron comentarios desde Nápoles, Panamá, Valle Guanape y demás geografías. Cristina tuvo una idea formidable: llenar de máximas rodrigueanas las paredes de Venezuela.

Su vigencia es indiscutible: En 1828 dice: “Bueno es que el hombre tenga, pero primero pan que otra cosa”. En 1834 hace un análisis de su tiempo: “En el país de la abundancia ha llegado a hacerse sentir la escasez”. Rodríguez crea la Educación Popular bajo dos premisas: dedicación a ejercicios útiles y aspiración fundada a la propiedad. La primera es “instruir, y acostumbrar al trabajo, para hacer hombres útiles”. Para la segunda premisa se hacía necesario “asignarles tierras y auxiliarlos en su establecimiento”.

¿Se imaginan qué bueno sería leer en las paredes frases como: “La enfermedad del siglo es una sed insaciable de riqueza”, “El bien común es económico y no hay más que un bien común”, “Dejémosle a nuestros hijos luces en lugar de caudales”, “La ignorancia es más de temer que la pobreza” y “Vinimos al mundo a entreayudarnos, no a entredestruirnos?

Después del 4 de febrero de 1992, el comandante Chávez no hizo otra cosa que enseñarle al pueblo quién es Simón Rodríguez y emprender la tarea del rodrigueano Kléber Ramírez Rojas, su maestro y líder insurreccional, “producir alimentos, ciencia y dignidad” y construir para el pueblo caminos de libertad, justicia, grandeza y hermosura.

Desde esta tribuna, proponemos que el 27 de febrero sea declarado Día Nacional de la Insurgencia Popular.

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La Guerra Federal (1859-1863)

Por Alí Ramón Rojas Olaya

El 20 de febrero de 1859, el comandante Tirso Salaverría de oficio zapatero, al frente de cuarenta voluntarios, al grito de “federación” ocupa el cuartel de Coro, conocido como la Casa del Parque, hoy calle Palmasola, apoderándose de unos 900 fusiles y gran cantidad de pólvora. Comenzaba así la Guerra Federal, también conocida como “Guerra Larga” o “La Guerra de los 5 Años”. Al día siguiente, el coronel proclamó ante el pueblo:

“Otra vez la centralización del poder contra el querer de los pueblos paladinamente manifestado; otra vez el dejar sometida la suerte del país a la voluntad de un hombre y su partido, otra vez el abrir anchuroso campo para perpetuarse en el poder público, con ultraje de los principios preconizado en esta misma Carta Central. Por fin los abusos consecuentes a tan funesto orden de cosas; por fin las escandalosas infidencias del Jefe provisional de Estado, tantas veces falaz y perjuro cuantas bajo la religión del juramento ha protestado desprendimiento, abnegación y patriotismo; por fin las injusticias y arbitrariedades de sus agentes de las provincias, siempre garantizados con la impunidad, han rebosado la copa de nuestra indignación y roto los dique del sufrimiento para realizar un pensamiento ídolo de nuestro corazón, y que la prudencia nos había obligado hasta ahora a mantener en el terreno de la opinión. Este pensamiento mágico, generador; ese símbolo de fe política de todos los venezolanos; ese refugio salvador, único que el cielo nos depara en la desdichada tormenta que las pasiones azuzadas, por los desmanes de un poder arbitrario, ha descargado sobre nosotros, es la reorganización de Venezuela en República eminentemente Federal… No temáis. La Federación es el gobierno de todos. La Federación es el gobierno de los libres, y Venezuela obtendrá el lauro de la Federación”.

Tirso Salaverría aguarda a Zamora, quien llegará dos días después desde Curazao para tomar el mando del ejército popular, integrado por hombres y mujeres indígenas, negros libres y campesinos pobres.

Los conservadores habían vuelto a gobernar el país desde el 1° de agosto de 1859, encargando de la Presidencia al diplomático Pedro Gual. Habían desplazado del poder a Julián Castro, quien había entrado a Caracas sin encontrar resistencia de Monagas en 1858 cuando se refugió en la legación francesa. Castro intentó crear un gobierno de fusión de la oligarquía fracturada desde hacía dos décadas antes. Pero, pronto esa fusión se deshizo por la investigación que se les siguió a funcionarios públicos acusados de peculado y por la firma del Protocolo de Urrutia.

Este documento firmado por Wenceslao Urrutia, Ministro de Relaciones Exteriores, con los representantes diplomáticos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Brasil, España y Países Bajos en Caracas, el 26 de marzo de 1858, en el que se acordó no someter a juicio a José Tadeo Monagas y permitirle salir con su familia del país.

El gobierno resolvió no acatar el Protocolo, y ordenó que Monagas se pusiera a disposición de las autoridades venezolanas. Pero esto ocasionó una protesta del cuerpo diplomático y el envío de buques de guerra franceses e ingleses a los puertos venezolanos. Urrutia renunció y fue sustituido por Fermín Toro, quien consiguió la autorización para que Monagas saliera expulsado del país sin sus grados militares.

Zamora es raíz de la revolución bolivariana, porque para él “la propiedad es un robo cuando no es consecuencia del trabajo”. Sobre esto explica: “…no es lo mismo la propiedad del Marqués de Pumar que las propiedades de los vegueros de El Totumal…”. Para Zamora, “La tierra no es de nadie, es de todos en uso y costumbres, y, además, antes de la llegada de los españoles la tierra era común, como lo es el aire, el agua y el sol”, por eso debemos secuestrar “los bienes de los ricos porque con ellos hacen la guerra al pueblo”.

Zamora es claro: “Venezuela no será patrimonio de ninguna familia ni persona”. Su propuesta es un país en el que “No haya pobres ni ricos, ni esclavos ni dueños, ni poderosos ni desdeñados, sino hermanos que sin descender la frente se traten bis a bis, de quien a quien”. Para ello comandó un importante movimiento militar insurgente en contra de la élite antibolivariana que había instaurado en 1830 en Venezuela la Cuarta República.

El 10 de diciembre de 1859, Ezequiel Zamora derrota al enemigo. El método empleado por Zamora en la batalla de Santa Inés fue la guerra de guerrillas que consistía en un ejército de campesinos (por esto usaba sobre su sombrero de cogollo el quepis militar) y su plan era un ingenioso sistema de trincheras que ofrecerían bravía, pero efímera resistencia a los soldados conservadores, con la finalidad de hacerles creer que tendrían una fácil victoria y así conducirlos a una trampa mortal en Santa Inés.

El 10 de enero de 1860 a Ezequiel Zamora lo asesina una bala dirigida por el sargento Morón, guiado por órdenes de Juan Crisóstomo Falcón y Antonio Guzmán Blanco. El periodista e historiador Juan Vicente González, en rastrera posición de intelectual al servicio de la oligarquía, escribió en El Heraldo “bendita sea la bala, bendita sea la mano que la dirigió y acabó con el monstruo”.

Como consecuencia de la Guerra Federal y después de algunas conversaciones entre Antonio Guzmán Blanco, secretario del general Falcón, y Pedro José Rojas, representante de José Antonio Páez, redactaron un acuerdo que firmaron el 24 de abril de 1863, en la hacienda Coche, al sur de Caracas. Con el Tratado de Coche cesó la guerra. La victoria de los federalistas resultó del desgaste sufrido por las tropas enemigas del campesinado en armas.

Para el historiador carupanero José Luis Salcedo Bastardo: “La Guerra Federal repite las promesas muy conocidas por los míseros olvidados y con sus llamaradas alumbra ilusiones desvaídas; estremece a la sociedad venezolana, pero es como el parto de los montes, tampoco llega a la médula económica. De nuevo el único cambio perceptible es el de algunas individualidades. Los soldados quieren tierras, justicia y democracia; las aspiraciones tanto de los rebeldes como de los gobiernistas son las mismas; la antítesis existe entre todos ellos y los dirigentes; los cabecillas de uno y otro lado demuestran a la larga que sólo se distinguen por las posiciones que ocupan. Al término de la guerra, una inyección de sangre proletaria -caudillos del ‘liberalismo’- rejuvenece a la escuálida oligarquía que antes se soñó liquidar. La más completa ruina es el resultado real de la guerra traicionada…”.

Después del fin de estos cinco años, toma el poder el traidor de turno, cuñado de Zamora y uno de sus asesinos intelectuales: Juan Crisóstomo Falcón, hipotecando nuevamente la esperanza popular.

Ante tantas traiciones siempre hay una estirpe de combatientes que retoma la bandera bolivariana. Así es como surgen de la vasta dignidad de la Patria, además de Ezequiel Zamora y Tirso Salaverría, hombres y mujeres, civiles y militares, como: Maisanta, Argimiro Gabaldón, Olga Luzardo, Fabricio Ojeda, María León, Epifania Sánchez, Sergio Rodríguez, Juan Vicente Cabeza, Juan Carlos Parisca, Ángel Suzzarini, Luis Antonio Bigott, Hugo Trejo, Manuel Ponte Rodríguez, Livia Gouverneur, Kléber Ramírez Rojas, Lina Ron, Carlos Escarrá, William Lara, Alexis González Revette, Eliézer Otaiza, Valentín Santana, Diosdado Cabello, Hugo Chávez y Nicolás Maduro Moros. Ellas y ellos, y muchísimos más combatientes, tienen conciencia de la máxima de Simón Rodríguez: “en América del Sur las repúblicas están establecidas, pero no fundadas”. ¡Pues, ha llegado la hora de fundarlas!

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María Corina Machado y la traición a la patria

Atilio Borón

Existe un gesto que habla a las claras de que la senilidad no es sólo un problema del presidente Joe Biden sino del imperio en su conjunto. El Gobierno de Estados Unidos anunció días atrás nuevas sanciones en contra de su homólogo venezolano tras la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de ratificar la inhabilitación que pesaba en contra de la señora María Corina Machado para presentarse como candidata en las próximas elecciones presidenciales.

Bastó que la noticia fuera conocida para que de inmediato la cloaca mediática, esa que silencia por completo el genocidio en curso en Gaza o las matanzas de Dina Boluarte en el Perú, sacudiera su molicie y comenzara a lanzar todo tipo de acusaciones infamantes en contra del Gobierno bolivariano. “¡Proscripción, exclusión, persecución!” vociferan a los cuatro vientos alentados desde Washington. Lo que estos voceros neocoloniales no dicen es que María Corina Machada está siendo juzgada por una legislación que es prácticamente un calco de la estadounidense. Según ésta, condensada en el 18 U.S. Code § 2381 se establece que “Quien, debiendo lealtad a los Estados Unidos, se levante en armas en contra del Gobierno de Estados Unidos y/ sus fuerzas armadas; o se adhiera a sus enemigos, prestándoles ayuda y consuelo dentro de los Estados Unidos o en cualquier otro lugar y ofrezca apoyo financiero, logístico o de cualquier otra forma a un país u organización en guerra con los Estados Unidos. Quien incurra en este delito será acusado de traición y sufrirá la pena de muerte, o prisión y multa, e inhabilitación para ejercer cualquier cargo en los Estados Unidos”.

Según la jurisprudencia estadounidense el delito queda probado cuando alguien cometió un acto manifiesto en contra del Gobierno de Estados Unidos (una guerra, ayudar a un Gobierno u organización enemiga, etcétera) y participó en cualquier forma de rebelión o conspiración sediciosa en contra del mismo.

Dicho lo anterior, es más que evidente que si la señora Machado hubiese sido ciudadana de Estados Unidos y hubiese actuado como lo ha venido haciendo en Venezuela desde hace unos veinte años, habría sido detenida, procesada y condenada por las autoridades norteamericanas. Machado se entrevistó públicamente con al menos un presidente de Estados Unidos, George W. Bush (hijo), que la recibió nada menos que en la Oficina Oval el 31 de mayo del 2005 en una reunión a solas que no fue sólo protocolar debido a que se extendió por poco más de 50 minutos. Se supone que el tema de la conversación fue solicitar ayuda para derrocar al gobierno constitucional del presidente Hugo Chávez Frías en vísperas de la crucial Cumbre de las Américas que debía reunirse en noviembre de ese año en donde la Casa Blanca esperaba la aprobación del ALCA.

Acabar con el carismático liderazgo de Chávez era decisivo para el éxito de estos malignos designios. Y allí estuvo Machado, amén de infinidad de reuniones que mantuvo con otros personeros de las primeras líneas de sucesivas administraciones norteamericanas, buscando la forma de lograr ese objetivo.

En marzo del 2014, en coincidencia con la primera de las sangrientas “guarimbas” organizadas por la derecha venezolana, Machado aparece en la escena internacional como insólita “embajadora alterna” de Panamá en la sesión del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos, utilizando esa tribuna para atacar al Gobierno del presidente Nicolás Maduro. Machado era por entonces diputada a la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, y en un grosero acto de traición a la patria solicitó abiertamente ante el Consejo Permanente de la OEA que dicha organización dispusiera una intervención militar extranjera para derrocar al presidente Nicolás Maduro. Todo esto mientras los hampones de las guarimbas asesinaban indiscriminadamente a quienquiera que tuviese apariencia de ser chavista, en no pocos casos quemados vivos. Cabe recordar que en 2017 volvieron a surgir las guarimbas contando con todo el apoyo de la derecha venezolana y sus mandantes estadounidenses, sin que Machado condenase en lo más mínimo sus aberrantes crímenes contra la población. Todo lo contrario, a lo largo de estos años no cesó de solicitar la intervención de fuerzas extranjeras para poner fin al Gobierno legítimo de su país.

No puede olvidarse que a lo largo de tantos años esta “patriótica” lideresa venezolana abogó incansablemente ante los Gobiernos de Estados Unidos y de la Unión Europea para que se impusieran duras sanciones económicas y de todo tipo a la República Bolivariana de Venezuela. En la actualidad ese país es víctima de 930 medidas coercitivas unilaterales (MCI) que han afectado todas las áreas de la actividad económica y provocando graves penurias al conjunto de la población venezolana. En suma, estamos ante un claro caso de traición a la patria que ha sido tratado con sorprendente benignidad por el Gobierno chavista. En 2005 Machado fue juzgada por su firma del “decreto Carmona” que convalidó el Golpe de Estado en Venezuela el 10 de Abril del 2002. También fue juzgada por conspiración debido a que una ONG por ella creada y dirigida, recibió un subsidio de 53 mil dólares del Fondo Nacional para la Democracia, financiado por el Congreso de los Estados Unidos. Por ambos cargos fue condenada a 28 años de prisión, pero fue amnistiada por el entonces presidente Hugo Chávez. En ningún otro país Machado podría haber seguido haciendo política como lo ha hecho en Venezuela hasta el día de hoy. En la mayoría de los países europeos habría sido puesta en prisión cumpliendo largas sentencias, y lo mismo habría ocurrido en Argentina, Brasil, Chile, México, Perú o cualquier otro país de la región.

Por otra parte, hay que recordar que no fueron sólo palabras. Su ataque en contra de su propio país tuvo efectos concretos que produjeron grandes daños. No puede soslayarse el hecho de que María Corina Machado y el “autoproclamado presidente” Juan Guaidó entregaran a manos extranjeras empresas y activos del pueblo venezolano como: CITGO, en los Estados Unidos; Monómeros, la mayor fabricante de fertilizantes, en Colombia; ambos personajes fueron además cómplices del secuestro de 31 toneladas de oro por parte del Reino Unido valuados en casi dos mil millones de dólares y también del bloqueo de activos financieros dispuesto por Washington y sus lacayos europeos. Cálculos conservadores de los perjuicios económicos causados por Machado y Guaidó en contra de la República Bolivariana de Venezuela ascienden a unos 140 mil millones de dólares estadounidenses. Pese a ello reclama impunidad.

Con estos antecedentes a la vista, María Corina Machado ya había sido inhabilitada para ejercer cargos públicos por un lapso de 15 años, a partir del año 2015, según consta en el dictamen de la Contraloría General de la República. Es decir que no hay nada nuevo, pues ya pesan sobre ella 9 años de inhabilitación. No es que ahora se la está condenando. Ya se lo hizo en el 2015, y es cosa juzgada. La decisión tomada y anunciada por el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, no es su inhabilitación, sino simplemente la ratificación de una decisión tomada hace 9 años atrás.

No obstante eso, la derecha y los voceros del imperio la han erigido como una suerte de patriótica Juana de Arco cuando en realidad es una escandalosa agente del imperio y cómplice del criminal saqueo perpetrado en contra de su propio país y una de las más importantes mentoras del plan para derrocar al Gobierno legítimo de Nicolás Maduro, y hacer retrotraer a Venezuela a los nefastos tiempos de la Cuarta República. Ese es el verdadero retrato de la “heroína” o la “combatiente por la libertad” que presentan los medios del imperio y el propio Gobierno de Estados Unidos, que ahora redobla sus sanciones contra el pueblo y el Gobierno de Venezuela